En los últimos meses de campaña, la salud del reelegido Hugo Chávez salió del debate en Venezuela. Ni el Presidente ni sus rivales, empezando por el principal opositor, Henrique Capriles Radonski, mencionaron al misterioso cáncer que lo tiene a maltraer desde mediados de 2011.
La decisión de no tratar este tema fue una estrategia instrumentada por los principales contendientes, bajo argumentos distintos: en el oficialismo se consideró que no podía darse una imagen de debilidad; y en la oposición se evaluó que mencionarlo como un enfermo haría que los electores se apiadasen de él y lo apoyasen más aún de lo que indicaron las urnas.
Ahora, con la consagración de Chávez, la expectativa sobre su estado real se relanza dentro y fuera de Venezuela. En buena parte, es su propia responsabilidad: nunca se dieron detalles oficiales acerca del tipo de cáncer que padece o padeció; su ubicación exacta (sólo se habla de zona abdominal); su extensión y si hay metástasis, detalles que fueron secretos de Estado.
Por su enfermedad, el triunfante Presidente, de 58 años, fue obligado a disminuir su frenético ritmo de trabajo y sus reiteradas apariciones públicas, que pasaron de durar varias horas (su récord es haber hablado nueve horas) a ser mucho más breves y menos numerosas. La diferencia del antes y el después fue notoria durante la actividad proselitista, que incluyó días de descanso absoluto para un dirigente que se presentaba como totalmente recuperado pero al que, a veces, le flaqueaban las fuerzas.
Normas por ver
La sobrevida de Chávez, por la cual él mismo pidió a Dios en reiteradas ocasiones, tiene consecuencias políticas. Jamás nombró ni dejó entrever quién podría ser su heredero, aunque hay cuatro nombres que se separan del resto dentro de los dirigentes oficialistas (ver "Póker...").
Según la Constitución venezolana, si un Presidente electo fallece o queda incapacitado antes de tomar posesión del cargo, que será en enero de 2013, se llama a una nueva elección que debe tener lugar en 30 días. Interinamente, conduce el país el titular de la Asamblea Nacional, que hoy es Diosdado Cabello.
Si la incapacidad o el deceso ocurre ya en funciones, hay que determinar cuánto tiempo resta para completar el mandato de seis años: en caso de que se produzca en la primera mitad, el vicepresidente (actualmente es Elías Jaua, pero Chávez puede designar otro en cualquier momento, sin dar explicaciones) debe llamar a comicios en un mes; si es en los últimos tres años, completa el período. El chavismo podría impulsar una reforma legal, para eliminar esta diferencia y para que, en todos los casos, el vicepresidente reemplace al mandatario en plenitud hasta finalizar la gestión.